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lunes, 28 de noviembre de 2011

Mal de 'altura'...Melgar 3-2 Alianza Lima


Ya clasificados a los ‘play offs’ de fin de año, Alianza Lima visitó la altura de Melgar, pero se fueron con las manos vacías. Sin embargo, el ‘Dominó’ hizo su negocio y salvaron la categoría y se quedan una temporada más en el Descentralizado.

El primer gol llegó a los 21´, a manos de Roberto Ovelar de zurda, para definir ante Carvallo. A pesar de eso, el ‘Torito’ Meza Cuadra hizo acto de presencia y, a los 28´, igualó las cosas en Arequipa. Antes de irse al descanso, a los 35´, una descoordinación de la defensa provocó que Ramos la metiera en su propio arco.

Para la segunda parte, el ‘Búfalo’, a los 54´, la bajó de pecho y definió de punta. Para cerrar la cuenta y salvar la categoría, Aubert de cabeza anota tras mala salida de Forsyth.

Hasta en las derrotas se puede ver el lado del vaso medio lleno. El mismo que deja una tranquilidad en los hinchas íntimos de cara a la final. Tiene nombre y apellido: Roberto Ovelar, la esperanza de gol blanquiazul.

Su ‘doblete’ ante Melgar lo llena de confianza. Y es que a un delantero cuando anda en racha le sale de todo. Ve el arco cada vez más grande. Sus golazos así lo demostraron.

Está claro. Un atacante de esas condiciones es la principal preocupación de los rivales. Y el ‘Búfalo’, con este antecedente, ya hace temblar a los defensas del ‘Ciclón’.

Lloró de impotencia
Se sabe que el fútbol es un deporte colectivo. Y la individualidad potencia al conjunto, más no define un partido. Así que los goles de Ovelar contrastaron con la derrota.

Y eso golpeó al ‘Búfalo’, que una vez acabado el juego lloró de rabia e impotencia. “Perdimos por que ellos parovecharon sus opciones. Duele, pero hay que seguir”, comentó el paraguayo.

Solo queda voltear la página. Y tener en cuenta que los partidos se ganan con goles. Ovelar los tiene. Así que gran parte del éxito aliancista está depositado en él.

Algunos jugadores suelen jugarse el partido ‘de su vida’ ante un club grande. Y tal parece que Edson Aubert lo asumió como tal. Es que más allá del morbo que existe por un futuro fichaje de Alianza, el ‘chato’ la ‘descosió’ y demostró que está para salir.

“No sé si sea mi despedida, pero tal vez haya sido mi último partido en Arequipa”, dijo Aubert al acabar el cotejo. La dejó ‘picando’, aunque todo camina a paso diligente y, tal parece, su destino estaría en Matute.

“Todo el equipo hizo un gran partido. No importaba quién hacía el gol del triunfo, sino ganar los tres puntos. Me toco a mí anotar y fue una alegría muy particular”, comentó el volante ‘characato’.

Casi cerrado
En realidad, el fichaje de Aubert es una de las contrataciones más avanzadas de los íntimos. Con el jugador ya se llegó a un acuerdo y solo falta el término del torneo para hacerlo oficial.

“Se siente lindo anotarle al club que te pretende”, dijo Aubert. Lo que esperan en Alianza es que el volante repita una actuación como la de ayer, pero ya vistiendo las sedas del club blanquiazul.

La derrota ante Melgar no le cayó bien a nadie en Alianza Lima. Mucho menos a su técnico, Miguel Ángel Arrué. El DT aún no se explica cómo se le fueron de la manos esos tres valiosos puntos que le hubieran significado mantener el liderato del torneo, y no hacerlo convivir con la angustia.

El chileno estuvo iracundo. Su desazón y bronca no se hicieron esperar. ‘Picapiedra’ la emprendió contra la prensa arequipeña y estuvo desafiante. Es más, no dejó de hablar fuerte a su salida del recinto mistiano.

“Lo que nos faltó fue sentenciar el partido en el momento justo. Por eso, al final, la bronca es con nosotros mismos. Contra nueve hombres no podíamos perder el partido de esa manera”, dijo Arrué ante el reclamo airado de los hinchas aliancistas, que le pedían explicaciones por el mal resultado.

Hubo ‘encontronazo’
Pero si así lo vio el técnico, imagínense lo que vivieron los jugadores dentro del vestuario luego de ‘calientes’ 93 minutos de juego. El instante ahí no fue el mejor. Hubo bronca.

Reproches constantes, fuertes reclamos, voces subidas de tono fueron la constante en el camarín victoriano. Perder, cuando tenían el partido en el bolsillo y con superioridad númerica incluída, fue demasiado.

En Alianza llegó el tiempo de los cambios y de recomponer las cosas. Arrué tiene la palabra y la solución en sus manos. El play off está a la vuelta de la esquina.

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