Buscar en este blog

domingo, 24 de octubre de 2010

8avos: Liga de Quito golea y clasifica frente al San Felipe chileno

El sueño del Unión San Felipe en la Copa NISSAN Sudamericana se convirtió en pesadilla en Quito, donde el Liga ecuatoriano lo eliminó del torneo con un goleada de 6-1, afirma hoy la prensa deportiva chilena, que lamenta en diversos tonos el aciago final de la aventura de los dirigidos de Ivo Basay.

Junto con advertir que el modesto representativo del Valle del río Aconcagua hizo lo que pudo y destacar que al final del primer tiempo, con un 2-1 en contra, todavía vislumbraba la clasificación a los cuartos de final, los diarios de Santiago destacan que se trata de la peor derrota de un equipo chileno en la Copa Sudamericana.

El 6-1 de Quito supera con holgura el 4-0 que encajó la Universidad Católica a manos del Cienciano peruano en 2003 y el también 4-0 que sufrió el Ñublense frente al también peruano Sport Ancash en 2008.

"San Felipe no estaba para las grandes ligas", afirma el diario El Mercurio, que añade que los quiteños "le dieron una paliza a los dirigidos de Basay, que se fueron al entretiempo con un gol que les aseguraba el paso (a cuartos). En el complemento les hicieron cuatro y chao", sintetiza.

Síntesis:

6. Liga de Quito: José Francisco Cevallos; Jorge Guagua, Carlos Espínola, Diego Calderón; Néicer Reasco, Gonzalo Chila, Patricio Urrutia (m.68, William Araujo), Ulises de la Cruz, Cristian Lara (m.46, Carlos Luna); Juan Manuel Salgueiro (m.75, Miller Bolaños) y Hernán Barcos. Entrenador: Edgardo Bauza.

1. San Felipe: Jaime Bravo; Cristián Magaña, Cristian Suárez, David Fernández, Eros Pérez (m.69, Víctor Meza); Juan Toloza, Sebastián Páez, Jimmy Quiróz (m.61, Esteban Carvajal), Miguel Ángel González; David Distéfano (m.68, Juan Estay) y Ángel Vildozo. Entrenador: Ivo Bassay.

Goles: 1-0, m.20: Gonzalo Chila. 2-0, m.24: Hernán Barcos. 2-1, m.38: Ángel Vildozo. 3-1, m.50: Jorge Guagua. 4-1, m.59: Carlos Luna. 5-1, m.67: Juan Manuel Salgueiro. 6-1, m.73: Hernán Barcos.

Árbitro: el colombiano Wilmar Roldán amonestó a Juan Manuel Salgueiro, Patricio Urrutia, Jorge Guagua, Carlos Luna, Cristian Suárez, Juan Toloza y David Fernández.

Incidencias: Partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana disputado en el estadio Casa Blanca, de propiedad de la Liga de Quito, en la capital ecuatoriana, ante unos 20.000 aficionados.

8avos: Independiente clasifica con vergüenza de su público

Es necesario ser total y absolutamente claro de entrada: Defensor Sporting debió terminar clasificado e Independiente eliminado de la Copa NISSAN Sudamericana tras la brutal agresión que le rompió la cabeza a Martín Silva el martes por la noche. Por respeto, no puede ser que pase lo que pase, continúe con el show.

Por otro lado, la cuestión termina teniendo un grado de perversidad inadmisible.

Da la sensación de premiar a los violentos -de la hinchada, por un lado- y castigar a los hidalgos y caballerescos deportistas -los jugadores, por el otro-.

Y esto no tiene que ver ni con Mohamed, ni con el pibe Martínez y toda su alegría, ni con la fiereza de Tuzzio o el golazo de Fretes.

En absoluto.

Independiente, el equipo, jugó un partidazo. Lo dio vuelta. Lo ganó.

Pero hay que decir que todo lo consiguió después de que el partido se desnaturalizara por completo, producto del criminal piedrazo que recibió Silva en plena cabeza.

Debía ser suspensión del partido por brutal agresión, lo mismo para el Estadio Libertadores de América y pérdida de puntos del equipo local.

Los muchachos de Defensor pecaron de ingenuidad. ¿Quién le discutía a Silva el grado de su lesión si lo trasladaban al hospital más cercano para un lógico y mínimo control después de haber sido agredido? ¿Quién se atrevía a defender el criminal hecho de arrojar una piedra que, acaso con más puntería, le sacaba un ojo o podía, incluso, terminar con la vida del jugador?.

El sinsentido construye el mandato.

Y el mandato para Wilson Seneme, el árbitro brasileño, era continuar pese a quien le pese.

Él no suspendió, los jugadores de Defensor no se fueron de la cancha y luego ganaron los violentos.

E insisto: con esto no tienen que ver los jugadores del equipo de Independiente. Pero la señal es inequívoca: aún romper la cabeza de un adversario es insuficiente para detener el show.

Uno puede, producto de la impunidad existente, lastimar a un adversario y si éste no queda al borde de la muerte el partido no se detendrá.

Ojalá se tratara de una comedia.

Pero no.

Debieran recordar aquellos que tienen responsabilidades, que la Copa NISSAN Sudamericana es más que un entretenimiento, es más que un negocio, es más que una competencia deportiva.

Es también un mensaje de cómo queremos organizar a Latinoamérica.

De cómo queremos ser vistos.

De cómo pretendemos ser respetados.

Lo que pasó el martes en Avellaneda, flaco favor hace al fútbol.