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viernes, 20 de agosto de 2010

Zambrano: "El St. Pauli es como Boys, pero mi corazón es de Alianza"

El peruano Carlos Zambrano, defensa del St. Pauli, comparó a su club con el Sport Boys del Callao, pues ambos cuentan con mucha tradición en sus respectivos torneos.

“El St. Pauli cumplirá 100 años esta temporada y hay grandes expectativas. Es como el Boys en el Perú”, dijo al programa Entre Tiempo de CPN Radio. El “Kaiser” aseguró que siente mucho cariño por el club rosado, “pero mi corazón es de Alianza”.

Zambrano, de otro lado, se mostró feliz por su convocatoria a la selección peruana. El defensa asegura que llega con mucha más experiencia. “Esperemos que en esta nueva etapa, las cosas nos salgan mejor”, dijo.

En otro momento, Zambrano contó que al llegar al St. Pauli se enteró de que este es conocido como el “club de los homosexuales”, en vista de que su anterior mánager fue homosexual.

Si bien recordó que con el Schalke tenía la oportunidad de jugar en la Champions, señaló que está con muchas ganas de hacer una gran campaña con el St. Pauli. “El objetivo es mantenerse en Primera”, reconoció.

Final: Inter, el bicampeón

Si no es con gresca incluida, no vale. Aún con el bochornoso final, cabe señalar que las Chivas y el Inter, toro en su rodeo y torazo en rodeo ajeno en las finales, jugaron los partidos esperados. Apretados, duros, difíciles y con el coraje como perfecto complemento del fútbol que ambos entregaron. Fue para el Inter y está bien.



Lo había definido casi en el partido de ida.


Pero, tal como ocurrió en la semifinal en Santiago, el conjunto mexicano jugó más suelto, con su mente menos atada y con más libertades individuales. Como para animársele de visitante a los brasileños.

Puesto en situación de “nada que perder”, por poco se apropia, como mínimo, del alargue. De hecho, lo empezó ganando con el golazo de Marcos Fabián sobre el final del primer tiempo.

Pero el Inter era más.

Siempre fue más.

Aparecieron D’Alessandro, Sobis y especialmente Taison, de la mitad de la cancha para adelante, más los aportes de Kléber, de esos laterales con marca genética “made in Brasil”, para sumarse con criterio y profundidad en la defensa rival, cada vez más vulnerable a medida que transcurrían los minutos.

Estuvieron brasileños y mexicanos a la altura de las circunstancias. E incluso, para aquellos que le dan al morbo, piñas mediante.

No aprendemos más.

Parece que “la cosa” de ser malos perdedores nació para establecerse y quedarse desde el sur del Río Bravo hasta la mismísima Ushuaia.

Fue medio grotesco estar armando las bambalinas para entregar los premios, mientras las patadas voladoras se adueñaban de los primeros planos.

Abandonad toda esperanza de mejora en este sentido.


Hoy por tí, mañana por mí. No habrá medidas ejemplares.

Llevo observando partidos en Copa Libertadores desde el año 1981 y he pasado por todos los puestos de trabajo: campo de juego, relatos, comentarios, presentación en el piso y columnas escritas o habladas.

Siempre fue igual.

A veces se “cae” una sanción que se pierde en la lontananza.

Pero, como el mito del eterno retorno, el caos vuelve cada año para hacerse dueño absoluto del escenario y dejar en un segundo plano un triunfazo como el Inter.

Como si estuviera en nuestra naturaleza.

Final: Internacional es el campeón de América

El Internacional brasileño se proclamó campeón de la Copa Libertadores al remontar en Porto Alegre y derrotar por 3-2 a las Chivas de Guadalajara, que aguantaron con coraje y vendieron cara la piel del 'Rebaño sagrado'.

Los tantos de Rafael Sobis, Leandro Damião y Giuliano, todos ellos en la segunda mitad, inclinaron del lado de los brasileños esta final, que había equilibrado Marco Fabián con un espectacular gol de media vuelta

Un tanto en el último instante de Omar Bravo redujo distancias, pero de nada sirvió, puesto que los "gaúchos" ya se habían impuesto por 1-2 en México la semana pasada, en la ida.

El Internacional jugó mejor en los noventa minutos y atesoró las mejores ocasiones del partido, aunque hasta el inicio de la segunda mitad los brasileños no lograron materializar su superioridad en el marcador.


De hecho, el partido empezó trabado, lento, nervioso, con ambos equipos amarrados, sin predominios claros y muchas faltas que cortaban constantemente el ritmo.

Las Chivas presionaban en todos los sectores y ahogaban la creación de los brasileños, que no carburaban y tenían dificultades para triangular sin el lesionado Alecsandro, quien suele jugar de espaldas a la portería para tirar paredes con los centrocampistas.

El Internacional tampoco cedía un milímetro y, gracias al poderío de sus volantes, fue poco a poco acorralando a los mexicanos en su propia mitad de la cancha y creando las primeras ocasiones, sobre todo en saques de esquina y tiros de falta.

Cuando los locales controlaban el juego con mayor claridad y comenzaban a pergeñar el primer gol, mayormente en jugadas con la firma de un Tinga inspirado, fueron las Chivas las que se llevaron el gato al agua en un contragolpe, a escasos instantes del descanso.


Omar Bravo recibió un pase largo en el área, le ganó en el salto a su marcador y le pasó de cabeza a Marco Fabián, que dejó botar el balón antes de rematar a gol en una chilena portentosa.

El Beira-Río, normalmente ruidoso, enmudeció con este tanto que despedazaba el guión trazado por el estratega Celso Roth y que desbarataba todos los planteamientos e ilusiones de una afición que se había visto campeona durante toda la semana.

Pero la alegría del 'Rebaño' fue efímera y se desvaneció en una de las primeras acciones de la segunda mitad, una buena combinación entre Tinga y el lateral Kléber, que Sobis empujó a gol con un toque sutil en el área chica.


Ya con menos prisas por la ventaja en el marcador global, el técnico Celso Roth comenzó la rueda de cambios y ordenó a sus jugadores que mantuviesen la calma, que administrasen la pelota y tratasen de mantener la posesión.


Precisamente uno de los cambios que introdujo, el debutante Leandro Damião, sentenció el partido con un robo en su propio campo al que le siguió con una carrera en solitario por dos tercios del césped y que culminó fusilando al arquero Luis Michel, que nada pudo hacer.

Ese gol desequilibró ya el partido y las Chivas perdieron todas sus opciones con la expulsión de Omar Arellano a cinco minutos del final por una entrada durísima.

Los "colorados" ampliaron con un buen tanto de Giuliano, artillero del equipo con seis goles y autor de los más importantes del equipo, que sirvieron para la clasificación a las semifinales y para abrir el camino del triunfo en la ida de la final.

En el último suspiro, Omar Bravo anotó el segundo de su equipo en el rebote de un tiro de falta que golpeó el larguero, un premio postrero para un equipo que luchó, pero que vio de cerca el trofeo de campeón, que se quedó en manos del Internacional por segunda vez.

Síntesis:

3. Internacional: Renan; Nei, Indio, Bolívar, Kléber; Sandro, Pablo Guiñazú, Tinga (m.83, Wilson Mathias), Andrés D'Alessandro, Taison (m.64, Giuliano); y Rafael Sobis (m.72, Leandro Damião). Entrenador: Celso Roth.

2. Chivas: Luis Michel; Mario de Luna, Jonny Magallón, Héctor Reynoso, Miguel Ponce (m.78, Dionisio Escalante); Patricio Araújo, Xavier Báez (m.80, Ricardo Vázquez), Marco Fabián, Adolfo "Bofo" Bautista; Omar Arellano y Omar Bravo. Entrenador: José Luis Real.

Goles: 0-1, m.42: Marco Fabián. 1-1, m.61: Rafael Sobis. 2-1,m.75: Leandro Damião. 3-1, m.88: Giuliano. 3-2, m.90: Omar Bravo.

Árbitro: el colombiano Óscar Ruiz expulsó a Omar Arellano (m.85) con roja directa. Amonestó por el Internacional a Bolívar (m.62) y por las Chivas a De Luna (m.8), Marco Fabián (m.18), Bautista (m.45) y Omar Bravo (m.62).

Incidencias: Partido de vuelta de la final de la edición 51 de la Copa Libertadores, jugado en el estadio Beira-Río, de la ciudad de Porto Alegre, ante unos 50.000 espectadores.