Puede que ambos sean paraguayos, pero viven momentos totalmente opuestos. Mientras Roberto Ovelar marca goles para que Alianza Lima esté entre los primeros lugares, Walter Fretes no juega hace un mes en la San Martín, que vive como colero. El deseo que persiguen, sin embargo, es el mismo. “Al margen de que se hable de que el ‘Maño’ (Ruiz) puede perder el puesto, nosotros queremos ganar para mejora de todo el equipo”, dijo Fretes, quien ya está recuperado de un desgarro al abdcutor del muslo derecho. El ‘Rati’ espera ser tomado en cuenta, más aún ahora que puede enfrentar a su gran amigo, el ‘Búfalo’. “A Roberto lo conozco desde que jugamos en Cerro Porteño. Ojalá pueda jugar. No sabes las ganas que tengo por volver ante Alianza”, dijo. A abrir los ‘paraguas’ Overlar lamenta la mala racha de Fretes y de la San Martín (12 partidos sin ganar), pero no quiere darles chance a levantarse. “Me gustaría que al ‘Rata’ le vaya bien, pero ojalá que sea después de jugar ante nosotros”. dijo. El ‘Búfalo’ solo piensa en más goles: “Haciéndolos lograré ser campeón”, añadió.
El Cerro Porteño paraguayo se clasificó a los cuartos de final de la Copa Libertadores al derrotar por penaltis (5-3) al Estudiantes argentino luego de que el partido de vuelta de los octavos de final finalizara sin goles. Se recurrió a la definición desde los doce pasos ante el empate también sin goles registrado en el encuentro de ida y en los cuartos de final el equipo paraguayo se enfrentará contra el Atlético Junior colombiano o el Jaguares mexicano. Para el Cerro marcaron Julio Dos Santos, Jonathan Fabbro, Roberto Nanni, Luis Cáceres y Javier Villarreal, mientras que para el Estudiantes lo hicieron Leandro Benítez, Rodrigo López y Juan Pablo Pereyra. El remate de Facundo Roncaglia fue desviado por Barreto. El equipo azulgrana ejerció un dominio territorial, facilitado en parte por el repliegue del Estudiantes, que prefirió agazaparse en la línea de salida para tratar sorprender con algún contragolpe que nunca se produjo durante toda la primera parte. El encierro Pincharrata obligó a los 'cerristas' a abrir el juego por las puntas para que los laterales Iván Piris, por el sector derecho, y César Benítez, por el izquierdo, tratase de moverse sin marcas y llegar hasta la última línea. Con Nanni y Fabbro enredados entre los centrales del Estudiantes, ese fue el esquema que el Cerro Porteño empleó durante los primeros 45 minutos para inquietar el arco de su rival, que intentó proponer alguna salida a través de Enzo Pérez. El encuentro entró en un pozo en el que las interrupciones y el juego brusco fueron la tónica, lo que obligó al árbitro colombiano Óscar Ruiz a mostrar cuatro tarjetas amarillas en la primera parte de su encuentro de despedida como juez internacional. El Cerro Porteño volvió del descanso algo más dispuesto a evitar una definición menos dramática como la tanda de los penaltis y soltó a Fabbro por el costado derecho para encontrarse con el correoso Piris. A los 64 minutos, Piris se coló por hasta la última línea, lanzó un buscapié, pero el guardameta Orión se cruzó en el trayecto del balón y se adelantó a Nanni. El ingreso del 'Messi guaraní', Juan Iturbe, en el Cerro y de Juan Pablo Pereyra en el Estudiantes tampoco cambió el rumbo del partido, cortado y plagado de faltas.
Síntesis:
0 (5). Cerro Porteño: Diego Barreto; Iván Piris, Pedro Benítez, Luis Cardozo, César Benítez; Jorge Núñez (m.66, Juan Iturbe), Javier Villarreal, Luis Cáceres, Iván Torres (m.84, Julio Dos Santos); Jonathan Fabbro y Roberto Nanni. Entrenador: Leonardo Astrada.
0 (3). Estudiantes: Agustín Orión; Facundo Roncaglia, Federico Fernández, Leandro Desábato, Germán Re; Enzo Pérez, Rodrigo Braña, Raúl Iberbia, Leandro Benítez; Gastón Fernández (m.73, Juan Pablo Pereyra) y Hernán Rodrigo López. Entrenador Eduardo Berizzo.
Árbitro: Óscar Julián Ruiz, de Colombia, quien hoy dirigió su último partido a nivel internacional. Amonestó a Facundo Roncaglia (m.12), Javier Villarreal (m.14), Leandro Benitez (m.15), Gastón Fernández (m.44), Jorge Núñez (m.65), Iván Torres (m.68), Roberto Nanni (m.84)
Incidencias: Partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores de América, disputado en el estadio General Pablo Rojas, más conocido como 'La Olla', en Asunción, ante mas de 22.000 espectadores.
El Vélez Sarsfield argentino accedió a los cuartos de final de la Copa Libertadores de América, tras el triunfo por 0-2 ante un descompuesto Liga de Quito, que no supo sacar ventaja de jugar en su estadio de la capital ecuatoriana. Los visitantes desde el comienzo del encuentro maniataron al cuadro local, cuyos intentos por llegar al gol se estrellaron en el paredón en que transformó el entrenador Ricardo Gareca a su plantilla. Las noches brillantes para la Liga de Quito quedaron en el pasado, especialmente por las ausencias de jugadores claves en el funcionamiento ofensivo como Néicer Reasco y Luis Bolaños, ausentes hoy por suspensiones. La oscuridad futbolística de la Liga se complementó con el bajón en la luz del estadio, que interrumpió el partido durante dieciséis minutos, por decisión del árbitro colombiano Wilmar Roldán. Los jugadores de la Liga de Quito pudieron soltarse de la marcación del visitante recién al minuto 29: un disparo del argentino Hernán Barcos se estrelló en el travesaño, y el paraguayo Enrique Vera también estrelló en el vertical, al minuto 31. Sin embargo, fue el Vélez Sarsfield el que se adelantó en el marcador, con espléndida acción de Álvarez, que recibió pase de Martínez, burló la defensa de Jorge Guagua y definió con fuerte remate, al minuto 39. Hidalgo se perdió una posibilidad clara de gol para los locales, pues su disparo salió sobre el travesaño, al minuto 56. Ramírez también se perdió para la visita, tras una acción rápida por el costado izquierdo, pero su disparo salió por un costado del arco, al minuto 67. Más bien fue Vélez el que se aprovechó del desencanto local e incrementó el marcador, tras una gran corrida de Bella, por el sector izquierdo enfrentó y derrotó al portero Alexander Domínguez, introduciendo el balón junto al vertical derecho, al minuto 80.
Síntesis:
0. Liga de Quito: Alexander Domínguez; Jorge Guagua, Norberto Araujo, Diego Calderón; Fernando Hidalgo, Enrique Vera (m.66, Patricio Urrutia), Ulises De la Cruz, Marlon Ganchozo (m.46, José Francisco Cevallos), Miller Bolaños; Walter Calderón (m.60, José Valencia) y Hernán Barcos. Entrenador: Edgardo Bauza.
2. Vélez Sarsfield: Marcelo Barovero; Fabián Cubero, Sebastián Domínguez, Fernando Ortiz, Emiliano Papa; Augusto Fernández, Franco Razzotti, Héctor Canteros, Ricardo Alvarez (m.68, Iván Bella); Maximiliano Moralez (m.29, David Ramírez) y Juan Manuel Martínez (m.78, Agustín Vuletich). Entrenador: Ricardo Gareca.
Árbitro: Wilmar Roldán (COL), expulsó a Jorge Guagua, de Liga de Quito, al minuto 87, y amonestó a Barovero y Cubero, de Vélez.
Incidencias: Partido final de octavos de final de Copa Libertadores, disputado en el estadio "Casa Blanca", de Liga de Quito, ante unos 20.000 aficionados.
Parecía partido amistoso pero los minutos finales del primer tiempo nos hicieron tomar consciencia de que era una eliminatoria de Octavos de Final de Copa Libertadores. Tuvieron que pasar 35 minutos para que los arqueros fueran inquietados, inútilmente, y las porterías se vieran horadadas por primera vez en el encuentro, pero fue hasta la segunda parte cuando todo se volvió un desastre para Jaguares de Chiapas. Fue a los 35 minutos de partido cuando el ‘Tiburón’ de Barranquilla encontró el gol que le daba tranquilidad por unos minutos al ponerse arriba en el global y ampliar la ventaja que ya había conseguido la semana pasada con el gol de visitante. Un garrafal error en la salida de Jorge Villalpando fue el que dejó la pelota servida para que Carlos Bacca metiera un pase retrasado a la llegada de Juan Valencia, quien disparó a placer ante la inoperancia del meta mexicano y la desordenada zaga. Sin embargo, los festejos del estadio Metropolitano duraron apenas cinco minutos, pues para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo y por ello Jackson Martínez emparejó el marcador con un golazo de cabeza después de un extraordinario centro del ‘Japo’ Rodríguez que terminó cruzando al portero de Junior, Sebastián Viera, para colocar la paridad en el tanteador antes de culminar el primer tiempo. Hasta ese momento todo se había mantenido entre jugadas y llegadas que terminaron con disparo a gol pero sin inquietar mayormente al portero contrario. De hecho Alan Zamora con un disparo que se fue por encima y Viáfara con un tiro muy descompuesto habían mostrado que ambos equipos estaban en el terreno de juego pero sin las intenciones o las ganas de una instancia final de la justa continental. Para la segunda mitad, ambas oncenas salieron con el mismo cuadro, aunque el equipo colombiano ya había adelantado líneas y dejó en claro sus intenciones por finiquitar la eliminatoria sin que esta llegara a la tanda de tiros penales, pues el 1-1 en la Ida combinado con el 1-1 en este partido mandaba todo a la definición desde los once pasos. Fue ahí cuando apareció la mano del árbitro. El brasileño Heber Lopes acuchilló a Jaguares al marcar una pena máxima inexistente por una supuesta falta de Oscar Razo, quien también se fue amonestado, para que un par de minutos Luis Páez engañara a Villalpando y pusiera el esférico pegado al poste derecho de la cabaña chiapaneca para de nueva cuenta tomar la ventaja en el tanteador. Nada estaba escrito aún. Al 63’ la magia apareció en el equipo de José Guadalupe Cruz, Edgar Andrade y Jackson Martínez se combinaron para realizar una excelente triangulación que le permitió a Andrade disparar al arco cafetalero pero su disparo fue rechazado por Viera que dejó el esférico en el centro del área para la llegada de Martinez, quien fusiló de pierna derecha poniendo el 2-2 en el partido pero el 3-3 global que le daba el pase al conjunto mexicano por el gol de visitante. Cuando parecía que la mesa estaba servida para que el equipo azteca manejara el partido y se metiera sin mayor problema a los Cuartos de Final, llegó el desastre y Villalpando. El descaro con el que el portero de Jaguares jugó los minutos que estuvo en la cancha y el poco profesionalismo que mostró al ser relevado fueron muestra del vergonzoso partido que dio en Colombia y que prácticamente lo ponen con un pie fuera de la institución. Al 72’ Giovanni Hernández metió un centro a segundo poste que no llevaba absolutamente ningún peligro pero el arquero simplemente lo bajo para dejarlo en bandeja de plata a Carlos Bacca, quien sólo lo empujó al fondo de las redes y puso el 3-2 para el ‘Tiburón’. Con dos terribles errores que costaron el mismo número de goles, José Guadalupe Cruz decidió remover del campo de juego a Villalpando. La furia y la rabia del ex portero del Puebla lo llevaron a cometer otra pifia más al encarar y hasta empujar a su Director Técnico por haberlo sustituido, por lo que tuvo que ser detenido por parte del cuerpo técnico chiapaneco y llevado a las regaderas. Sin embargo, el caos no se detuvo ahí, Jackson Martínez agredió a César Fawcett y ambos se fueron expulsados, pero la adrenalina llegó hasta las tribunas provocando que un aficionado saltara al terreno de juego y fuera agredido por los jugadores mexicanos y hasta por el Preparador Físico que ingresó al terreno de juego sólo para patear al inadaptado cafetalero. Pero el coraje bien encausado y la garra chiapaneca aún no aparecían. Cuando el panorama estaba más negro y cuando parecía que México se quedaría sin representantes en la Libertadores, apareció un cañonazo que envió el corazón de Jaguares junto con la pelota. Edgar Andrade recibió en tres cuartos de cancha un pase de Jorge Hernández y sólo se perfiló para sacar un tiro que se anido en las redes y selló el pase de Jaguares a la siguiente ronda con sólo tres minutos en el reloj. Más dramático imposible.
EL ARBITRAJE Pésimo trabajo del nazareno brasileño Heber Lopes. El árbitro carioca marcó en el segundo tiempo un penal inexistente y que provocó que Junior encontrara el segundo gol en el partido, mientras que en los minutos finales perdió totalmente el control del partido quedando como un auténtico adorno sobre el terreno de juego y sólo observar como los jugadores de ambos equipos, cuerpo técnico y hasta aficionados hacían lo que les daba la gana.
