Esa noche del 2010 Alianza tocó la gloria. Fue, quizás, el logro deportivo del año para un equipo que luego fue llamado a ser campeón y acabó tercero. Le ganaron al casi campeón del mundo. Al Estudiantes de Verón y Sabella que estuvo a dos minutos de vencer al mejor Barcelona de la historia. No, los íntimos no le ganaron. Lo aplastaron.
Esa noche Wilmer Aguire fue figura, marcó tres tantos en el 4-1 y se coronó como jugador exportable cuando pocos años antes había vuelto desilusionado de la experiencia en Francia. Exiliado de la legión extranjera, el ‘Zorrito’ fue la clave de un Alianza irrepetible. De un Alianza que sus hinchas quisieran ver calcado en su versión 2011, pero que es apenas una fea copia en papel carbón. Porque los blanquiazules cayeron y demostraron que no podrán acercarse a ese equipo. ¿Por qué?
1. Por sus figuras. No solo se trata del hecho de que el equipo blanquiazul nunca supo superar la partida de Wilmer Aguirre y José Carlos Fernández, sino de que no hubo forma de reemplazarlos. Si durante el 2010 la falta de delanteros fue un dolor de cabeza para Costas, el 2011 la pesadilla continúa. Por lo visto ayer ante Jaguares, al menos. Peirone fue errático, Ovelar se lesionó de nuevo, Soto no brindó seguridad arriba y Castro falló dos remates seguidos a boca de jarro, que fueron bien conjurados por el portero Ruiz. Al menos por ahora, gol no hay.
2. Por la pretemporada. El 2010 Alianza fue a la Copa como subcampeón y su participación en el torneo continental se inició el 10 de febrero ante Bolívar. Para el 18 de ese mes, día del partido ante Estudiantes, los íntimos ya se habían recuperado de la pretemporada en Argentina, habían jugado amistosos en Perú –incluso un clásico en Arequipa– y hasta tenían encima la primera fecha del Descentralizado. Costas, al parecer, pensó que el éxito de su arranque de año era el irse hasta Sierra de la Ventana y repitió el plato este año. Claro, su equipo regresó cansado, sin tiempo y sin kilometraje, a diferencia de los mexicanos, que ya han jugado tres jornadas de su torneo. Cuestión de calendario.
3. Por su directiva. En enero del 2010 Guillermo Alarcón era un tipo bonachón que aparecía en los medios recordando siempre que unos meses atrás había sido víctima de un intento de golpe de estado en su propio club. Para este año pasó de víctima a victimario y se reveló como un hombre capaz de cortarle las alas a uno de sus mejores jugadores luego de que este le dijera que no quería renovar. No es que con Joel Sánchez la historia hubiera sido distinta, pero su equipo habría estado más tranquilo, y de paso Costas hubiera contado con una pieza más en su esquema. Porque eso de que no quiere contar con él es tan cierto como que Alianza jugó de maravilla ayer.
4. Por Costas. Hay días buenos y hay días malos. Uno bueno para Costas fue el partido ante Estudiantes. Con un gol a favor de Estudiantes a los ocho segundos, el técnico íntimo supo manejar el partido a su antojo y respondió a cada variante ofensiva del ‘Pincha’ con una variante en su volante que le permitía contener cualquier intento. Ante Jaguares, ‘Costitas’ tuvo un día para el olvido: sacó a Quinteros (acaso su único pasador de balón) cuando su equipo perdía 2-0 porque prefirió el juego vertical de Viza y olvidó que el ‘Pato’, además de soltar los mejores servicios, también le cuida las espaldas. Con eso sus intentos de sacar a delante el partido se fueron al tacho. De paso, se expuso a sí mismo y al equipo a una sanción al cometer la ‘criollada’ de camuflarse para ver el partido a nivel de campo
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