El mejor futbolista del mundo se ha convertido en una pesadilla para el Real Madrid que hace de todo con tal de no dejarlo jugar y al final Lionel Messi se las ingenia para hacerle daño, y este miércoles volvió a aniquilar al conjunto merengue en la Final de la Supercopa de España.
El Barcelona ya tiene de hijo al equipo madridista y lo ratificó en el juego de vuelta de esta competencia, donde Messi logró un doblete para el triunfo 3-2 en los últimos instantes del cotejo, y con ello redondeó un marcador global de 5-4 a favor de la escuadra catalana.
La supremacía del Barcelona tiene como referente a Messi, que ya acumula 13 goles sobre el Madrid a lo largo de su carrera y sin duda que los merengues ya sueñan con que el argentino termine su dominio ante ellos.
Sin hacer Pretemporada y luego de una decepcionante actuación en la Copa América con Argentina, Lio apareció para darle un nuevo título al cuadro catalán colaborando con tres de los cinco goles en esta Final.
El arquero Iker Casillas debe tener el hígado ya muy dañado con tanto coraje que hace tras las anotaciones que le marca Messi, pues le resulta frustrante que a pesar de que su equipo juegue bien todo termine con triunfo para el Barcelona.
Con excepción de la Copa del Rey, los azulgranas mantienen pleno control sobre los merengues, que tuvieron las oportunidades como para quedarse con este trofeo a lo largo de toda la serie, pero sus propias fallas lo impidieron.
Al igual que en el juego de ida, el Madrid se mostró más peligroso en el arranque, dominando con claridad al rival y colocándose con peligro en el área contraria. Apenas en el primer minuto Cristiano Ronaldo puso a prueba al portero Víctor Valdés, quien fue pieza clave para el resultado definitivo gracias a las intervenciones oportunas que tuvo en el encuentro.
Y cuando el Madrid tenía apagado al Barcelona, apareció Messi para ponerle medio gol a Andrés Iniesta con un estupendo pase a la espalda de los defensas centrales, y el español no perdonó ante Casillas con una definición de vaselina al minuto 15.
Duro golpe en el ánimo madridista, que veía cómo su buen funcionamiento no alcanzaba para estar arriba en el marcador, sin embargo, el futbol lo puso de nuevo en el partido.
Cristiano desvió con un toque suave un envío de Karim Benzema y colocó el balón lejos del alcance de Valdés para una igualada que ponía la Final otra vez al rojo vivo y muy interesante en su desarrollo.
Entonces el duelo se puso de ida y vuelta, los dos equipos atacando y con aproximaciones importantes, aunque más peligrosos los avances del visitante. Cristiano sacó un derechazo afuera del área y Valdés apenas pudo meterle las manos para desviar ligeramente el balón que se estrelló en el travesaño.
Luego, el alemán Mesut Özil desperdició una clara oportunidad para que el cuadro blanco le diera la vuelta, pues quedó sin marca en el área pero no fue certero con u disparo de zurda y Valdés alcanzó a desviar con la mano izquierda.
En la otra portería Iker también estuvo destacado, pues contuvo contragolpes que amenazaban con darle la ventaja de nueva cuenta al local. Así, atajó los disparos de Pedro y Messi.
Como si fuera una repetición de la ida, Messi anotó antes de irse al descanso para poner el 2-1 a favor del Barcelona con un toque suave de derecha tras un gran taconazo de Gerard Piqué.
Otro golpe psicológico en contra del Madrid, que se marchó al medio tiempo con la sensación de que debía ir ganando y se marchaba perdiendo. Entonces volvió a la carga para el segundo tiempo, y aunque la intensidad bajó en las dos escuadras, el juego mantuvo un alto nivel de competencia y se puso muy emocionante.
El Real necesitaba un gol para mandar el asunto a los tiempos extra, en tanto que el Barcelona buscaba un tanto para sentenciar la Final, y en ese contexto se dio otro juegazo como en Madrid el domingo pasado.
Cuando el cotejo entró en su última etapa, los merengues apretaron más y pusieron contra su área a los de casa. Sergio Ramos dejó ir un la ocasión para empatar con un remate de cabeza sin marca que se fue por un costado de la portería.
En esa presión, el Madrid encontró la igualada con un gol de Benzema al minuto 81 tras una serie de rebotes en el área y un pase de cabeza de Pepe. Parecía que la Final llegaría al alargue, pero Messi tuvo la última palabra.
Lio se mandó un golazo de zurda conectado de volea el balón que le mandó Adriano por el costado derecho y dejó literalmente tendido al Real sobre la cancha del Camp Nou. Una anotación al 87’ que desató la locura entre los aficionados catalanes que se rindieron a los pies de Messi.
Nuevo título para los catalanes en medio de una trifulca que se generó sobre el final del partido luego de una entrada criminal de Marcelo sobre el debutante Cesc Fabregas, que concluyó con las expulsiones del brasileño, así como de Özil y David Villa, quienes salieron de la banca para armar pleito.