El Unión Comercio se coronó campeón de la Copa Perú, a pesar de que perdió 4-2 con el Unicachi en Juliaca por la finalísima. Los dos goles de visita fueron claves para que San Martín tenga fútbol profesional en el 2011. El partido no pudo comenzar de mejor forma para el equipo del distrito de Nueva Cajamarca, con el gol de tiro libre de Jairo Talledo. Sin embargo, la felicidad duró poco con el empate, cuatro minutos después, del volante Carlos Ramos. La visita se volvería a poner a adelante a través del delantero John Guerrero, a los 29”. Pero, a los 36”, con gol olímpico, Mario Gonzáles emparejó el marcador. Comercio se quedaría con un hombre menos por la expulsión de Juan Paico. El local se fue con todo al ataque y consiguió dos goles más por intermedio del delantero Brian Belline y el volante Julio Melgar, a los 56” y 74”.
Se dice que para el fútbol no hay edad y es cierto. Hoy, los masters de Universitario y Alianza Lima se vieron las caras en un partido donde todos recordaron sus años de juventud y se sintieron como chibolos. Figuras como “Kanko” Rodríguez, Waldir Saenz, José Soto, el “Coyote” Rivera, el “Diablo” Drago y muchos más se dieron cita en la inauguración del estadio de la urbanización Los Sauces en Ate. El resultado final fue 5-1 a favor de los “grones”, quienes se llevaron el trofeo a casa.
El Mundial de Clubes proporcionó al Inter el quinto título de un año de ensueño, alterado sólo por la Supercopa Europea que le arrebató el Atlético de Madrid, y que dejaron la cosecha del equipo italiano en un puñado de éxitos, redondeados con la victoria en Abu Dabi frente el Mazembe congoleño (0-3). Tras la Liga, Copa y Supercopa de Italia y la Liga de Campeones europea, el club italiano recupera las sensaciones victoriosas postergadas por los altibajos competitivos de las últimas fechas. La inestabilidad en los resultados recientes, tanto en su Liga como en la fase de grupos de la Liga de Campeones, encendieron la alarma en la entidad. Las sospechas sobre el técnico español Rafael Benítez crecieron. La sombra del portugués Jose Mourinho, líder de los éxitos del pasado ejercicio, es aún larga. El Mundial de Clubes supone aire para Benítez, que logró, por fin, la corona que se le resistió hace cinco años, cuando el Sao Paulo superó al Liverpool en la final de 2005 por 1-0. La herencia que el Inter recoge del Barcelona, pasado campeón, es el tercer reconocimiento como mejor equipo del mundo para el Inter, que ganó la Copa Intercontinental en 1964 y 1965. La primera, no obstante, con el formato actual. El bombazo proporcionado por el campeón africano en la semifinal ante el Internacional de Porto Alegre supuso una revelación sin precedentes para la competición, por primera vez con una final sin representante del fútbol sudamericano. Esto deslució la pelea. El Mazembe fue incapaz de prolongar su combatividad y el factor sorpresa. De hecho, nunca pudo el equipo congoleño inquietar al Inter, que cerró prácticamente el partido en el primer cuarto de hora. Mucho tuvo que ver en ello el camerunés Samuel Eto'o. De entrada, centró al macedonio Goran Pandev en la acción del tanto inicial. Cuatro minutos más tarde, en el 17, aprovechó un error del Mazembe para plantarse ante el meta Muteba Kidiaba para firmar el segundo y ampliar la renta. La sangría pudo ser mayor para el equipo africano. Desarbolado. Sin posibilidad de encauzar la situación y despojado de su entusiasmo. El desbarajuste táctico amplió la relación de ocasiones italianas, que pudo tener un choque mucho más cómodo si el argentino Diego Milito hubiera aprovechado alguna de las dos oportunidades claras que dispuso. Ambas resueltas por el portero Muteba Kidiaba. La primera a los 24 minutos. La otra a tres del descanso. Sólo una vez antes del intermedio se tambaleó el Inter. Fue en un disparo de Dioko Kaluyituka que desbarató el colombiano Iván Córdoba. La segunda parte tuvo un ritmo inferior. El conjunto de Benítez contempló el partido con el control del juego y la intención de sentenciar en cualquier acción. Como la protagonizada por el brasileño Maicon, que firmó una jugada personal para finalizar con un disparo al poste. Diego Milito se marchó con un puñado de opciones marradas antes del tramo final, cuando el Mazembe se animó. Primero con un mano a mano de Kaluyituka, que se enredó a la hora de definir. Pero sobre todo a diez del final, con dos disparos consecutivos de Kaluyituka, el más peligroso de su equipo, que desbarató el portero brasileño Julio César. No llegó el gol que devolviera al campeón africano al partido. Al contrario. El tanto del francés Jonathan Biabiany, sustituto de Milito, redondeó la victoria que cerró el círculo de éxitos de una campaña triunfal.
El Internacional de Porto Alegre, destinado inicialmente a disputar el título del Mundial de Clubes, terminó tercero al superar en el choque de consolación al Songnam Ilhwa surcoreano (4-2), que sirvió, de paso, como despedida del meta argentino Roberto Pato Abbondanzieri. A sus 38 años, el meta, que se inició en Rosario Central y pasó por el Boca Juniors, el Getafe y, finalmente, el Internacional de Porto Alegre, acabó su periplo profesional en la competición de Abu Dabi. El técnico Celso Roth le sacó del banquillo para que jugara los últimos quince minutos del partido ante el Seongnam. Encajó los dos tantos de su equipo, firmados por el volante colombiano Mauricio Molina a seis del cierre y en el tiempo añadido. Para ese momento el duelo ya estaba definido y el tercer puesto amarrado para el conjunto brasileño. Escaso premio para un conjunto con tradición en este torneo, que conquistó el Mundial de Clubes en el 2006. Se trata, no obstante, del peor papel de un representante sudamericano en el Mundial de clubes. Por primera vez no tiene un equipo en la final. El revés ante el Mazembe congoleño ha hecho mella en el cuadro brasileño. Alecssandro Barbosa, que marcó a la media hora y después en el minuto 71, el centrocampista Tinga, que abrió el marcador al cuarto de hora y el argentino Andrés D'Alessandro firmaron los goles del Internacional. El colombiano Mauricio Molina, en el tramo final, adecentó el resultado para el cuadro asiático, derrotado en semifinales ante el Inter, resignado a su inferioridad, especialmente desde la media hora de juego, cuando se quedó sin su jugador Jang Suk-Won, expulsado por dos tarjetas amarilla.
