El consumo de grasas saturadas y trans, presentes en la carne, margarina, productos industrializados y comidas rápidas, aumenta el riesgo de sufrir depresión.
Así lo comprobó una investigación de las universidades De Navarra y Las Palmas de Gran Canaria, y publicada en la revista Plos One; basada en la evaluación de la dieta y el estilo de vida, durante un promedio de seis años, de 12.059 personas.
Según el estudio, en comparación con las personas que no ingieren grasas saturadas y trans, en quienes las consumen existe un 42% de incremento de padecer depresión; además de enfermedades cardiovasculares.
Para el doctor Miguel Ángel Martínez-González, director de la investigación, la dieta podría ser una gran apuesta para el abordaje de la depresión, ya que se trata de la primera causa de pérdida de años de vida sana en los países desarrollados.
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