Los dejaron 'rotos': Peñarol vence a Católica

Universidad Católica no pudo plasmar su gran campaña de visita en Copa Libertadores y cayó este miércoles por 2-0 ante Peñarol en el Centenario de Montevideo, con dos errores del meta Paulo Garcés, en los cuartos de final ida.

Los aurinegros comenzaron atacando con todo, manteniendo a la UC en su sector muy ahogada para salir. De hecho, a los 3 pudieron abrir la cuenta con Matías Corujo, pero su centro se paseó por el área chica sin ser conectada por nadie.

El cuadro de Juan Antonio Pizzi emparejó poco a poco las acciones y tomó control de la pelota. A los 12, una gran jugada de Lucas Pratto dejó solo a Marcelo Cañete -que anduvo muy bajo- en el área, pero el argentino desvió por poco. De haber convertido, la historia pudo ser distinta.

A los 31 llegó el primer aviso de ¿Palote¿. Tiro libre al área, una serie de rebotes y el ex azul que remató a quemarropa en área chica, sin embargo Garcés estuvo presto para poner el cuerpo y achicar.

Pero en 37 avisó y mató. Urretaviscaya enganchó dentro de la zona de peligro, sacó centro y Paulo Garcés que se quedó con el balón, sin embargo se le escapó de las manos y se la dejó servida a Olivera que metió la pierna y salió a celebrar el primero.

Por eso, en el segundo tiempo, el dominio cruzado se hizo mayor y se fueron con todo en busca del empate. Eluchans a los 47 con remate elevado por centímetros y Costa por el mismo expediente al minuto siguiente, demostraron como vendría el complemento.

Avanzó el reloj y Peñarol nunca pudo atacar con claridad salvo llegadas en contragolpe. Bajo este mismo expediente el elenco universitario tuvo la más clara para empatar a los 82. Pelotazo largo buscando a Felipe Gutiérrez, el joven mediocampista aguantó en el área la marca de dos hombres y sacó precioso sombrerito que rebotó en el travesaño.

El 1-0 no disgustaba a ninguno y parecía que se firmaba, pero un segundo error grave de Garcés le dio otro tanto a los locales. Pelota fácil que sale a buscar el portero, pero el bote lo engañó, se le soltó y Martinuccio a los 94 se encontró con un regalo para poner el 2-0 y hacer explotar el Cenetanario.