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jueves, 8 de julio de 2010

Semis: El Jugo naranja derrite el sueño charrúa...Uruguay 2-3 Holanda














El tren con destino final en Johannesburgo paró en Ciudad del Cabo para Uruguay y se llevó a Holanda con una victoria (2-3) que le dará el 11 de julio la oportunidad de volver a luchar por un inédito título mundial o repetir los segundos lugares de Alemania'74 y Argentina'78.

Dos goles en apenas tres minutos anotados por Wesley Sneijder y Arjen Robben, a los 70 y 73, cambiaron la historia de un partido que se mostraba muy equilibrado entre las dos selecciones que llegaron a las semifinales como auténticas sorpresas.

La ventaja se hizo inalcanzable y tornó estéril el postrero tanto del lateral derecho Maximiliano Pereira (m.92), que dio más emoción a un remate de partido seguido por más de 62.000 espectadores en el que los holandeses terminaron contra las cuerdas a pesar de haber desperdiciado varias oportunidades tras la puntilla de Robben.

Los "oranje" ampliaron a 24 el número de partidos sin perder, una racha que comenzó en 2008, y en el Mundial de Sudáfrica es la única que ha ganado sus seis compromisos y hora espera el desenlace de la semifinal, este miércoles, entre Alemania y España.

Sneijder, volvió hoy a ser proclamado figura, como lo fue en el partido que ganaron de remontada a Brasil en la fase de cuartos de final.

El primer tiempo premió al fútbol con dos soberbios goles a unos 35 metros de las porterías anotados por los capitanes zurdos.










El primero, del capitán holandés Giovanni Van Bronckhorst, con un zapatazo desde la banda izquierda que se filtró en la escuadra ídem de Fernando Muslera, a los 18 minutos. Y el otro de Diego Forlán que clavó en el centro de la portería a los 41, luego de recibir desde el punto central de la cancha un pase de Mauricio Victorino.

Estos dos golazos demostraron que el remate a distancia ayudado por la trayectoria irregular del 'jabulani' sería el 'ábrete Sésamo' para un partido de mucha paciencia y cuidado.

El entrenador Oscar Washington Tabárez había reconocido la víspera que comparados con las otras tres selecciones finalistas, los suyos tenían menos cualidades en el dominio del balón.

Por eso Uruguay pareció hoy preferir entregarlo al rival, blindarse atrás para aguantar la presión y buscar la sorpresa en cualquier momento con una pesca milagrosa de Forlán o Edinson Cavani.

Pero temprano, a los cuatro minutos, la zaga "celeste" se llevó un susto con un mal corte de Fernando Muslera para desviar centro del lateral derecho Demy De Zeeuw, pero el puntazo de Dirk Kyut, libre de marca, pasó centímetros arriba del horizontal.

Holanda pareció tomarse su tiempo para encontrar el camino, movió sus fichas sin presión con la premisa de que Robin Van Persie se ocuparía de entretener a Diego Godín y Mauricio Victorino.

En forma simultánea, atrás, a pocos metros del irregular jugador del Arsenal, el trío Kuyt, Arjen Robben y Wesley Sneijder se encargarían de enloquecer con sus rotaciones a los laterales Maxi Pereira y Martín Cáceres, así como a la primera línea de contención en la mitad.

El nerviosismo traicionó por momentos a los uruguayos, especialmente a los hombres que entraron a suplir bajas: Cáceres y Egidio Arévalo.








Pero la dinámica de los "oranje" no impactó, Sneijder pasó perdido en la primera etapa, Robben y Kuyt terminaron cargando el piano mientras Van Persie por momentos estorbaba, como un mueble viejo.

El entrenador Berd Van Marjwik mostró al salir del vestuario para el segundo tiempo que tenía más dudas y preocupaciones que Tabárez: sacó a De Zeeuw y puso al madridista Rafael Van Der Vaart

Holanda tardó en carburar y a medida que pasaban los minutos los uruguayos más cómodos se sentían en la cancha del Green Point.

Cavani se tornó una seria preocupación para John Heitinga y Khalid Boulahrouz, mientras que del otro lado Joris Mathijsen y Van Bronckhorst tenían que apretar los dientes cada vez que Forlán volvía a la carga.

Otra vez Stekelenburg en el suelo para conjurar un remate franco del astro del Atlético de Madrid a los 67 minutos, y de nuevo Muslera con sus manos flojas para contener un remate y la suerte divina que impidió a Robben anidar en su red el rebote.

Uruguay parecía tenerlo todo controlado.

Y Holanda no maduraba en su juego hasta cuando Sneijder, de nuevo él, volvió a mostrar su tarjeta de presentación con un remate envenenado que tocó piernas uruguayas y fue a morir cerca al vertical izquierdo.

Corrían 70 minutos, Ciudad del Cabo parecía volver a ver triunfantes el paso de los holandeses, como cuando se instalaron hace 358 años, el 6 de abril de 1652. Y lo confirmaron tres minutos después, cuando Kuyt ganó espacio en el carril izquierdo y levantó un centro con precisión que Robben conectó en un salto que dejó sin opciones a Godin.

Forlán se fue de la cancha cuando se habían desvanecido las ilusiones de Uruguay de volver a una final mundialista, como la que ganaron a Brasil en Río de Janeiro, hace 60 años.

Y Sudamérica cedía a los europeos la posibilidad de ganar por primera vez la Copa del Mundo fuera de ese Viejo Mundo, y de tomar ventaja en el número global del títulos, que hasta Alemania 2006 establecía nueve para cada región.

Un golazo holandés y un gran disparo que terminó en anotación a favor del cuadro uruguayo con la colaboración del portero, no modificaron en nada las posturas de ambas selecciones.

A pesar de irse abajo en el marcador, Uruguay no se descompuso, se apegó al sistema de juego planteado por el Director Técnico, Óscar Washington Tabárez, no aflojó en el esfuerzo físico por presionar desde la mitad de la cancha con cuatro cazadores que siempre fijaron su blanco en aquél jugador rival que llevara el balón, y así le hicieron prácticamente imposible desarrollar el futbol que tanto le gusta a Holanda.

Diego Pérez, Walter Gargano, Egidio Arévalo y Álvaro Pereira se encargaron de incomodar como fuera a los centrocampistas holandeses, que no se acomodaron con esa marca para darle el trato a la pelota como acostumbran.

Con lo difícil que era trasladar la pelota y llevarla hasta el área contraria, los holandeses tampoco se traicionaron, en ningún momento trataron de saltarse las líneas metiendo pelotazos largos ni dividiendo el esférico, se propusieron imponerse como saben, y al final lo lograron, no sin antes sufrir y pasar serios apuros.

Por la misma circunstancia del duelo, Giovanni van Bronckhorst tomó la opción de disparar de larga distancia y así es como llegó la primera anotación de la Naranja Mecánica, un zurdazo impresionante que no pudo detener el portero Fernando Muslera al minuto 18.

Todo indicaba que sería el despertar definitivo para el futbol de Holanda y la claudicación uruguaya, sin embargo esto no ocurrió. El equipo charrúa no modificó su planteamiento inicial y así fue empujando cada vez más hacia la portería rival.

El hecho de no contar con su goleador Luis Suárez, mermó el potencial ofensivo para la escuadra sudamericana porque Forlán jugó más adelantado y nadie tomó las riendas en el centro del campo para generar jugadas hacia adelante.

Con todo y eso apareció el propio Forlán para prender el balón de zurda y sorprender al arquero Maarten Stekelenburg para emparejar los cartones al 40'.

En el complemento, el guión siguió su curso. Más presión para el cuadro holandés y un tanto desesperado porque el partido ya se jugaba como quería Uruguay, así es que entró Rafael van der Vaart para darle más fuerza al ataque europeo.

En una acción desafortunada para los charrúas, Maximiliano Pereira desvió un disparo de Wesley Sneijder y el balón se incrustó pegado al poste izquierdo de la portería de Muslera, para darle la ventaja otra vez a Holanda al 69', y ya no la soltó.







Entonces sí se vio el mejor futbol holandés a partir de ahí, con ese toque de balón que puede maravillar y que vuelve loca a cualquier defensa. Así es como llegó el tercer tanto, una jugada por la banda donde Dirk Kuyt sirvió al área para la llegada de Arjen Robben y éste realizó un gran remate de cabeza, al 73'.

Lo único criticable de Uruguay en este cotejo fue la determinación del entrenador de sacar del campo a su líder y figura, Diego Forlán, cuando estaban abajo 1-3, mandando un mensaje de que ya no había nada que hacer a pesar de que restaban seis minutos más la reposición, y prueba de que todavía tenía vida, fue el gol que marcó Maximiliano Pereira al 91 con un disparo de zurda. Un poco de drama se vivió en los instantes finales por la presión charrúa, pero se decretó la victoria holandesa y se terminó el sueño sudamericano.

Aunque Holanda no ha encantado con su futbol en la presente Copa del Mundo como en otras ocasiones, sigue teniendo magia y es sumamente contundente, factor determinante para estar en la Final.

EL ARBITRAJE

El uzbeko Ravshan Irmatov no tuvo mayores dificultades para sacar adelante el partido y sólo en la acción del segundo gol de Holanda pudo haber influido porque Robin van Persie tenía la pierna derecha en posición adelantada en el disparo de Wesley Sneijder y dejó pasar el balón con el mismo pie, aunque era muy difícil de apreciar para el Asistente 1, Rafael Ilyasov. A quien dejó hacer muchas faltas antes de mostrarle la tarjeta amarilla, fue a Mark van Bommel.















- Ficha técnica

2.- Uruguay: Fernando Muslera; Maximiliano Pereira, Mauricio Victorino, Diego Godín, Martín Cáceres; Diego Pérez, Walter Gargano, Egidio Arévalo Ríos, Álvaro Pereira (m.78: Sebastián Abreu); Edinson Cavani y Diego Forlán (m.84: Sebastián Fernández). Seleccionador: Oscar Washington Tabárez.

3.- Holanda: Maarten Stekelenburg; Khalid Boulahrouz, John Heitinga, Joris Mathijsen, Giovanni Van Bronckhorst; Mark Van Bommel, Demy de Zeeuw (m.46: Rafel Van Der Vaart); Arjen Robben (m.90: Eljero Elia), Wesley Sneijder, Dirk Kuyt; y Robin Van Persie. Seleccionador: Bert Van Marwijk.

Goles: 0-1, m.18: Giovanni Van Bronckhorst. 1-1, m.41: Diego Forlán. 1-2, m.70: Wesley Sneijder. 1-3, m.7: Robben. 2-3, m.92: Maximiliano Pereira.

Árbitro: Ravshan Irmatov, de Uzbekistán, amonestó a M. Pereira, M. Cáceres, Sneijder, Boulahrouz y Van Bommel.

Incidencias: partido de las semifinales disputado en el estadio Green Point, de Ciudad del Cabo ante 62.468 espectadores.

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