La Equidad con mucha serenidad logró desnudar los errores del Juan Aurich, que le dijo adiós al torneo sudamericano sin pena ni gloria y con una hinchada que se retiró del estadio Elías Aguirre a cinco minutos para que concluya el encuentro.
El triunfo para la visita fue un justo premio por lo que hizo en el campo, en especial en el segundo tiempo, donde esperó el ataque desordenado de los locales para contragolpearlo con precisión y peligro.
De esta manera llegaron los dos goles de los colombianos. El primero de Guaza ante una gruesa falla de defensa Guadalupe que perdió el balón cerca de su área y el colombiano fusiló en soledad al arquero Diego Penny.
En el segundo tanto nuevamente falló la defensa y Guadalupe, al ser superado, cometió penal a Guaza y desde los doce pasos convirtió Núñez.
El partido se presentó con dos estrategias definidas. Por un lado, Aurich necesitado del triunfo para pasar a la siguiente fase salió con un ofensivo 3-5-3, mientras La Equidad que en el encuentro de ida en Bogotá había ganado 2-0 salió cauteloso con un 4-5-1 tratando de adueñarse del medio sector.
Los aurichistas presionado por la hinchada buscaron desde el pitazo inicial imponer condiciones con ataques peligrosos por medio de los laterales Nelinho Quina y Guizasola, que lanzaban balones al área rival en busca de la tripleta atacante, pero faltó mayor decisión a la hora de definir.
La Equidad, siempre con serenidad, trató de cambiarle el ritmo al partido, dándole pausa en el sector medio, hacer rotar el balón a fin de desesperar a los locales y contragolpear para asustar a una defensa que cometía errores en la marca.
En unos de esos ataques por el lado izquierdo, Guizasola se le escapó a su marcador y centró un buen tiro que Mauricio Montes aprovechó y de cabezazo vulneró el arco rival, abriendo la esperanza de llegar a la siguiente ronda.
Sin embargo, ahí quedó el ímpetu, debido a que la defensa colombiana logró controlar al peligroso Montes hasta obligar al técnico del Juan Aurich, Diego Umaña, a cambiarlo por Israel Zúñiga a fin de mantener latente el ataque.
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