Dormidos, desconcentrados y sin saber que ya había comenzado el partido, los Gladiadores tuvieron su primer error defensivo y Once Caldas no lo dejó escapar. Un pase a profundidad dejó en el mano a mano a Wason Rentería con Luis Omar Hernández, el defensor mexicano trató de incomodarlo de todas formas; sin embargo, el colombiano aguantó todo tipo de jalones para definir sobre la salida de César Lozano y poner la ventaja parcial en el tanteador a los 3’ del primer tiempo.
La pesadilla en la que se habían convertido los primeros juegos del equipo potosino parecía aparecer de nueva cuenta en el Alfonso Lastras, aunque esa posibilidad de quedar eliminados sin siquiera sumar un punto en tres partidos motivó a los locales para mostrar dignidad y tratar de luchar en el partido.
Los embates y el dominio del equipo mexicano comenzaron. San Luis adelantó líneas y fue el sector derecho que más resultados comenzó a darle, pues de ahí se produjeron dos centros que pusieron en peligro la cabaña de Luis Enrique Martínez, portero del Once Caldas, que evitó en un par de ocasiones la caída de su marco.
A los 10’ Michael Arroyo dio el primer aviso al prender de volea una pelota en el corazón del área que Martínez logró rechazar a tiro de esquina después de tenderse bien a la base de su poste derecho. Pero la advertencia la fortuna del portero visitante rápidamente encontraría su castigo con el tanto del empate.
Michael Arroyo cobró un tiro libre al centro del arco de Martínez quien trató de adivinar la trayectoria del balón recorriendo de forma anticipada a su poste derecho, aunque el delantero del San Luis sorprendió al tirar al centro y a pesar de que el cancerbero alcanzó a desviar el esférico no fue suficiente para que se anidara en las redes y se decretara la paridad en el marcador al minuto 18.
Ahí el juego entró en un letargo. Once Caldas parecía conforme con el empate y no hacía mucho para recuperar la ventaja en el marcador; mientas que San Luis se vio limitado por sus carencias y por la férrea defensa que impuso el cuadro cafetalero para mantener un empate que le favorecía sin lugar a dudas.
Ante lo cerrado de la defensa colombiana, los centros se colocaron como la mejor arma de los potosinos, quienes encontraron opción clara con un cabezazo errado de Juan Manuel Carvallo, quien sólo en el área impactó el esférico con la testa y lo hecho por un lado cuando tenía todo para darle la vuelta al marcador y poner a su equipo en vías de resucitación libertadora.
Para la segunda mitad, el ritmo semilento y el tedio se adueñaron de la cancha. Once Caldas no arriesgó en ningún momento y San Luis, con muy pocos argumentos, lograba llegar a tres cuartos de cancha pero carecía de la creatividad y el vértigo para poder culminar sus jugadas. Fue hasta el 75’ cuando ambos conjuntos se soltaron un poco, los Gladiadores obligados por su crítica situación en caso de no ganar y los cafetaleros por el cansancio que ya denotaban.
En dos minutos el balón parado y las desatenciones defensivas le pusieron emoción a un encuentro que en realidad parecía un trámite, pues ninguno de los dos demostró verdaderas intenciones de avanzar a la siguiente ronda. Dayro Moreno se levantó en el área para meter un cabezazo que para fortuna de Lozano se estrelló en el poste y evitó el tanto colombiano; mientras que Othoniel Arce ingresó de cambió para ser el héroe y a pesar de que tuvo la posibilidad de marcar no tenía la puntería consigo.
Al 78’ el novel delantero mexicano se postró sólo en el área y ante la sorpresa remató apurado por lo que su disparo se estrelló en la humanidad de Martínez evitando el tanto que le daba vida a su equipo en la competencia internacional. Sin embargo, nueve minutos más tarde volvió a encontrarse con otra buena oportunidad cuando a las afueras del área recortó a un defensor y tiró a segundo poste aunque el balón se fue abierto, dejando en la cancha mínimas posibilidades de avanzar a otra fase.
EL ARBITRAJE
Buen trabajo de Joaquín Antequera, árbitro boliviano, que llevó a buen puerto el duelo entre Gladiadores y Once Caldas, pues el juego no se prestó a decisiones complicadas ni a un duelo ríspido a pesar de ser trabado por largos momentos del partido.
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