Con esta victoria ante el Fortín, el Bicho volvió a celebrar en su casa y abandonó el último puesto de la tabla. Vélez, que no jugó bien y terminó con 10 por la roja a Barovero, le prende una vela a Rafaela para que baje a Boca, puntero y próximo rival.
Se acabó el sueño. La remontada, los cuatro ganados al hilo, los ocho puntos de diferencia con el puntero que lo remontaban al Apertura 95… Todo eso se llevó Argentinos, además de los tres puntos. Vélez, que hace rato tiene la cabeza puesta en la Sudamericana (juega el próximo martes), igual fantaseaba con meter un sprint y pelearle el torneo a Boca hasta el final o cuanto menos asustarlo corriendo de atrás. Pero otra vez, este Vélez no fue el Vélez de Gareca. Impreciso, desconcertado, cansado quizá. Jugó diez minutos en el inicio del primer tiempo y un ratito en el segundo. Pero el penal, el 3-1 y la expulsión de Barovero, dilapidaron sus ilusiones. Argentinos, con poco pero con claridad y efectividad, fue el asesino de esos sueños. Y se dio el gusto de salir del fondo de la tabla, al menos hasta que se complete la fecha.
Sin Cubero, Augusto, ni el Mago Ramírez (los tres en el banco), Vélez intentó hacer lo suyo. Salió a tocar por abajo para construir sin volverse loco. Pero le duró 10 minutos. Un par de distracciones en el fondo permitieron que Brum quedara mano a mano y pifiara un gol increíble. Y un tiro de Basualdo. Y, antes del último suspiro, llegó el 1-0. Gran jugada colectiva por izquierda, Salcedo apareció como 9 en el área para empujarla. El segundo fue muy parecido, pero ya en el complemento. Por derecha, buena corrida de Oberman para el centro abajo, que Domínguez, en contra, empujó a la red. Después de ese gol, del 2-0, se vino el peor momento de Argentinos, que hasta ahí había jugado un partido inteligente, correcto en las líneas y con resto para atacar con peligro. Apenas algunas amarillas y demasiados tiros libres cerca del área propia pusieron en riesgo su victoria hasta el momento indiscutible. Eso, y los cambios de Gareca: adentro Augusto Fernández y Guillermo Franco, para jugársela por el empate. Y fue Guille que, tras un centro preciso de Papa, metió el 2-1 que hizo temblar el piso del Diego Maradona.
Pero no duró demasiado. Porque el Bicho se dio cuenta de que podía. Y siguió atacando sin locura pero con buen toque. Austero y concreto. Contra del local, subida de Basualdo (de gran partido) y foul de Barovero, que Abal expulsa por considerar que era último hombre. Con Montoya en el arco, Salcedo metió el 3-1 que liquidó las ilusiones del Fortín. Para el Bicho, fue volver a celebrar en casa tras un buen tiempo, además de salir del fondo y ganar su segundo partido en el Torneo. Para Vélez fue volver a la realidad de este segundo semestre: cinco derrotas en el Apertura es demasiado para pensar en el título. ¿O no?
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