Merecido triunfo de Argentinos por 2 a 1 ante Belgrano. Y batacazo en Córdoba. El equipo de Pipo Gorosito, que había empatado en la fecha pasada con Boca (hasta pudo haber ganado), esta vez plasmó en el marcador lo generado en el campo de juego. Fue superior a su rival en la mayor parte del partido, por lo que se llevó tres merecidos puntos.
Apenas comenzado el partido y Argentinos sorprendió a Belgrano saliendo con mucha gente a atacarlo. El refrán dice que dos cabezazos en el área, es gol. A los cuatro minutos un córner desde la derecha enviado por Oberman, que Sabia bajó de cabeza hacia el medio, permitió que Juan José Morales desviara la pelota al gol, produciendo una enorme sorpresa en el Mario Kempes, quemándoles los papeles a los de Zielisnki, que desde ese momento hasta el entretiempo se mostraron apurados, nerviosos e imprecisos.
A pesar de estar en ventaja, los de Pipo no renunciaron a atacar. Argentinos manejó bien la pelota, con criterio, sin dividirla y haciéndola circular. Con presión en la salida del equipo cordobés los de La Paternal se mostraron superiores. La clave estuvo en cortar el circuito que habilitara al Picante Pereyra, forzando a los locales al error.
En el Bicho se notaba claramente una continuidad de lo hecho en el partido contra Boca, sobre todo por la presión ejercida en el mediocampo y en la actitud de asfixiar la salida del rival. Basualdo ganaba y distribuía en el medio, Prósperi trepaba por el lateral derecho, mientras que Oberman y Rius junto a Morales en el ataque fueron una constante preocupación para la defensa de Belgrano. Por parte del local, Mansanelli no lograba hacer pie y Vázquez no lograba comunicarse con Pereyra.
El segundo tiempo fue muy parecido al primero ya que Argentinos, lejos de meterse atrás para proteger su ventaja, siguió con la misma actitud de la primera mitad. Anuló al Mudo Vázquez, rodeó al Picante Pereyra, le robó la pelota a Belgrano y siguió yendo al ataque. Así fue como con una contra letal a los 11 minutos estiró la ventaja por intermedio de Brum, quien marcó con una definición sutil por encima de la cabeza de Olave. De inmediato desde las tribunas bajaron cantitos de “hay que poner más huevo” y a los 19’ los jugadores Piratas hicieron caso. Desbordó Maldonado por la izquierda, llegó al fondo, metió un centro rasante medio mordido y Almerares la empujó a la red para descontar.
Desde el momento del descuento se preveía un final a pura emoción. Hubo emoción pero poco fútbol. Belgrano iba con amor propio y Argentinos le respondía con el mismo plan de juego empleado desde el principio. En el último cuarto de hora los de Pipo retrocedieron, llevados por el empuje Celeste. Pero ese empuje fue más al estilo rugby que al estilo fútbol, porque los locales iban pero todo era muy físico y forzado. Los minutos pasaban y se repetían, no creaban sorpresa y entonces las cosas se le fueron facilitando a Argentinos, que se llevó de Córdoba una merecida victoria. Y así se llevo su primer triunfo en el campeonato.
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