Vaya manera de jugar al filo de la navaja por parte del América. Durante todo el encuentro le apostó al puntito que le aseguraba el pase a los Octavos de Final, pero corriendo los riesgos que esa estrategia implicaba.
Es que desde que arrancó el cotejo en Montevideo, Nacional tomó el mando de las acciones y la visita no pudo desarrollar el juego ofensivo que pregona su técnico, Carlos Reinoso.
Si bien la alineación hacía pensar que las Águilas saldrían con una estrategia propositiva, en los hechos ocurrió lo contrario, pues se quedó muy metido en su campo y nada más trató de hacer daño con base en pelotazos, sin encontrar una vía para hacerle daño al rival.
En cambio, el anfitrión se lanzó con fuerza al ataque a partir del silbatazo inicial, pero también le faltó claridad en sus avances y una buena dosis de certeza en la definición.
El portero Guillermo Ochoa fue factor durante la primera mitad con un par de lances que resultaron muy importantes en el desenvolvimiento del cotejo, pues evito la caída de su arco y las Águilas mantuvieron la ventaja emocional.
Ochoa achicó bien en una llegada peligrosa de Nacional en la que Bruno Fornaroli se plantó dentro del área y de zurda quiso anotar, pero el arquero azulcrema aguantó y desvió el disparo.
Más adelante se tiró sobre su costado izquierdo para estirarse al máximo y de esa manera alcanzó con un manotazo el envío que mandó Gabriel Marques desde afuera del área.
Luego también estuvo a punto de regalar un gol, pues salió en falso en un balón por arriba y para su fortuna nadie de Nacional quedó a modo para rematar. Con esas angustias para mantener en cero su portería, el América se metió al descanso con el objetivo cumplido.
En ataque tuvo poco para inquietar a la defensa local, y ya en el complemento tuvo momentos en que manejó mejor el balón y no se metió tanto en su propio territorio, aunque no modificó la intención de aguantar la igualada.
Fue Nacional quien aflojó, ya no tuvo la misma intensidad para irse encima de la portería contraria y realmente no generó ocasiones para anotar, favoreciendo esto el juego de la visita.
Reinoso mandó el campo a Matías Vuoso para que peleara arriba en cada salida del cuadro uruguayo y de alguna manera preocupara a los defensa centrales; y luego también ingresaron Daniel Márquez y Pável Pardo, todo con la finalidad de tener más peso en el centro del campo y mayor presencia en el área rival.
Con el triunfo de 3-2 que se mantenía a favor de Fluminense sobre Argentinos Juniors, Nacional pareció jugar ya con esa circunstancia y decidió no arriesgar de más, pues el empate con el América lo ponía en la siguiente ronda. No contaba con que el equipo brasileño haría un gol más y lo dejó fuera de la competencia.
Las Águilas tampoco tenían necesidad de ganar y al final ambos cuadros sobrellevaron las acciones, con alguna intervención de Ochoa en los últimos instantes, y los visitantes se quedaron con un boleto hacia los Octavos de Final y el anfitrión fue eliminado.
EL ARBITRAJE
Víctor Hugo Carrillo manchó la buena actuación que llevaba, cuando en tiempo de reposición no expulsó al uruguayo Gabriel Marques, quien le metió una plancha a Matías Vuoso, y eso empañó una labor arbitral que controló los brotes de rispidez que surgieron en distintos lapsos del cotejo y que en general condujo por buen camino las acciones.
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