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sábado, 3 de julio de 2010
4tos: Guaraníes caen con la cabeza en alto...Paraguay 0-1 España
No podía ser otro, ni de otra forma. Está cuajando un Mundial de ensueño, como en la Eurocopa. David Villa acabó, con suspense y a poco del final, con el maleficio de la selección española, y su gol la dio el pase a semifinales del Mundial y acabó con el sueño de una Paraguay que fue un rival más que rocoso y que rozó también seguir en el torneo.
Era un momento para la gloria, hispana y guaraní. Todo por un sueño. Los paraguayos se presentaban por primera vez en estas instancias y España pretendía derribar el muro de los cuartos.
Y después de mucho sufrimiento, hasta de angustia y zozobra por momentos, Villa culminó una espléndida jugada de Andrés Iniesta con disparo previo al poste de Cesc Fábregas. El remate del asturiano dio en el otro palo, pero el suyo finalmente entró.
El cuarto puesto de Brasil'50, edición en la que se disputó una liguilla, era la mejor actuación de España en los Mundiales. Desde entonces se encadenaron decepción tras decepción para la 'roja'. Ahora, 60 años después, iguala cuanto menos esa actuación a la espera de disputar la gran semifinal ante Alemania, verdugo de Argentina.
Vicente del Bosque confió en el once inicial de los partidos frente a Chile y Portugal. No quería tocar lo que había funcionado y encima iba a más a lo largo del torneo.
Mientras tanto, Gerardo Martino apostó por Óscar Cardozo como referencia en ataque y por el veloz Nelson Haedo Valdez a su espalda, así como por un poblado centro del campo.
Hubo presión adelantada...
El técnico argentino del cuadro guaraní planteó una presión muy adelantada para anular la salida de balón española y con constantes ayudas. Bloqueó casi por completo a la 'roja', en esta ocasión de azul marino, que careció de precisión y fluidez para hacer realmente daño ante el meta del Valladolid Justo Villar.
Jonathan Santana dio el primer aviso a Iker Casillas antes de cumplirse el primer minuto. Era la advertencia de Paraguay de que, pese a plantear una disposición defensiva, de contención, pensaba plantar batalla a la zaga española a la mínima que pudiera.
De hecho en el primer periodo Paraguay fue la que incomodó más en los últimos metros. Tampoco mucho, pero algo más que la selección española, cuya producción atacante se vio reducida a intentonas en solitario de David Villa, una escapada sin final de Fernando Torres y a un disparo desde fuera del área de Xavi Hernández que salió por encima del larguero.
El cuadro de Del Bosque, aún dominando claramente la posesión del esférico, no encontraba el camino en medio de una espesura por momentos desesperante.
Incluso se llevó poco antes del descanso un susto cuando Valdez batió a Iker Casillas tras un pase en profundidad, pero el colegiado lo anuló por fuera de juego de Cardozo, que hizo inicialmente intención de buscar el balón.
Aunque España pareció mejorar en la salida del segundo tiempo Del Bosque no tardó en llamar a Cesc Fábregas en busca del rescate, pero su salida coincidió con los minutos de frenesí y locura del encuentro, con dos penaltis que Iker Casillas, primero a disparo de Cardozo, y Justo Villar, a tiro de Xabi Alonso, abortaron con sendas paradas.
Xabi Alonso lo marcó inicialmente, pero el colegiado guatemalteco Carlos Batres lo mandó repetir. El madridista cambió su disparo de lado y Villar se lo adivinó. El árbitro, en cambio, no vio una nueva pena máxima tras el rechace del meta paraguayo a Cesc.
El partido se enloqueció...
Estas acciones enloquecieron el partido. Se abrió. Paraguay pasó del mazazo a la alegría y España se descompuso algo, con lo que creció también hacia delante. Las ocasiones, aún siendo más numerosas para los de Del Bosque, llegaron en ambas áreas.
También entraron en escena Santa Cruz, en el bando 'albirrojo', e incluso Pedro Rodríguez, el goleador talismán del Barça, en el español, y en el intercambio de llegadas llegó la magnífica internada de Iniesta, el disparo al palo de Cesc Fábregas y la culminación de Villa.
Quedaban siete minutos por delante, siete minutos hacia la ilusión y de inquietud, porque Paraguay quemó todos los cartuchos con Cardozo, Santa Cruz y Lucas Barrios.
Estos dos últimos tuvieron la ocasión del empate pero Iker Casillas salvó por partida doble, aunque también tuvo su opción poco después Villa para cerrar la contienda.
Paraguay se plantó con un 4-4-2 bien sólido, incluso con Darío Verón incrustado como un lateral derecho sin salida, condenado a no pasar el medio campo en jugada y que acababa siempre formando una muralla de tres centrales. Líneas bien marcadas y búsqueda constante de contragolpe, tratando de transitar la pelota lo menos posible.
En tanto, España, partiendo del mismo 4-4-2 tomaba otra forma al momento de atacar, intentando siempre quedar al menos 3-4-3, con líneas adelantadas pero teniendo mucha precaución de no estar mal parado atrás. El objetivo totalmente opuesto, la posesión de la pelota, como siempre, era su prioridad y todos trabajan para lograrla, desde el portero hasta el “9”.
Paraguay no se anduvo con rodeos para demostrarle a España que no sería presa fácil. Al minuto de juego, Santana ya había disparado a gol en el borde del área y obligado a Casillas a probar el césped tirándose sobre su izquierda.
Luego el partido tomó su curso natural con lo que ambos equipos tenían planeado. España tomó la pelota y Paraguay, bien parado atrás, buscaba acortar lo más posible el traslado, buscando centros desde tres cuartos de cancha para complicar el regreso de los centrales, poniéndoles el balón a sus espaldas.
Por ahí algunas jugadas de Villa y Torres por las bandas, que quedaban al filo de ser peligrosas, levantaban a la gente de sus asientos pero sólo para acabar aplaudiendo los excelentes relevos y cortes defensivos de los paraguayos, sobre todo de Paulo da Silva que daba cátedra en la central. Al 28’ vino la primera realmente importante cuando Xavi dio bonita media vuelta, prendió el balón en el aire afuera del área y aunque caía con violencia, pasó rozando el travesaño.
El dominio ibérico era consentido por los guaraníes que en el cierre del primer tiempo demostraron que su menor tenencia no iba en relación directa con la peligrosidad, pues al 40' Nelson Valdéz mandó la pelota a las redes luego de un gran centro desde tres cuartos de cancha, pero el abanderado había invalidado la acción por un fuera de juego apretado pero existente, pues si bien el que anotó no estaba adelantado, Cardozo, que hizo por la pelota, sí arrancó en mala posición.
Todavía al 45’ en un buen despliegue individual, Nelson Valdez encontró el espacio para disparar tras quitarse a Ramos de encima y cuando había llenado la mayoría de los papeles para anotar, se llenó de pelota y mandó su remate a las tribunas.
Y tal vez falten palabras para describir lo que se desencadenó en el segundo tiempo que si bien empezó con la misma tónica y lucha de pulsadas que en la primera mitad, al minuto 56’ se volvió loco, sufrió algo como un ataque de epilepsia, como si le hubieran apretado un botón que lo puso de cabeza unos minutos.
Todo empezó con, y permítase el término, una guarrada de Piqué. Si bien el juego estaba difícil y el rival era desesperante por su tenacidad, no era para cargarse encima todo con una estupidez. Y a Piqué la vida le importó un comino cuando en un córner de lo más rutinario se colgó del brazo de Cardozo con terquedad cínica. Un penal claro y bien marcado que parecía meter al favorito en el abismo de la desesperación.
Pero este Mundial irreverente no deja que te atengas a nada. Por eso antes de meter a España en un abismo, había un trámite que cumplir y nadie en Sudáfrica ha tenido suerte con la burocracia. Por eso, cuando Cardozo cobró potente no logró engañar a Casillas que le detuvo el disparo con la virtud más importante de no dar rebote a pesar del balazo.
El juego estaba en plena epilepsia y en la siguiente jugada Villa se metió al área paraguaya por primera vez en todo el partido con ventaja, Alcaraz lo entre que cargó y trompicó por atrás para que Batres, resoplando y todo marcara el penal ahora en otra área. ¿España ahora tiene el triunfo en la bolsa? No, espérense que faltaba mover la pizarra, porque si bien en un primer intento Xabi Alonso la metió con maestría engañando a Villar, el Árbitro Central sacó lo concakafkiano y por un dedo gordo que invadió el área, repitió el cobro.
No habría benevolencia del destino, ahora Xabi cambiaba de lado y estilo y el portero le detenía el disparo, armándose una melé en el área chica en la que Villar parecía trabar a Cesc que tenía el contrarremate… no, ya no, estuvo bueno de penales por hoy.
El juego se recuperó de la catarsis. El ataque epiléptico paró y se fue recobrando la cordura. Volvía la tónica de estilos encontrados, con algunos arrebatos en las áreas gracias a sendos disparos Xavi e Iniesta que se quedaban al filo del gol.
Y ahí andaba el juego cuando con un taquito Xavi rompió la línea del medio campo y dejó a Iniesta de frente para arrancar al área. El “Fantasmita” llegó a la media luna, jaló dos hombres y tocó para Pedro que disparó cruzado… ¿quería el gol España?, había que insistir, porque la pelota pegó en el palo, le cayó a David Villa que controló y disparó hacia el otro costado donde de nuevo el esférico fue a la madera, recorrió la línea, pegó en el otro poste y ¿gol? ¿sí? ¿en serio? Sí, al fin el 1-0 llegó al 82’ con una explosión de júbilo en el Ellis Park y un festejo de Villa espectacular.
Todavía Paraguay provocó algunos microinfartos en la Península Ibérica, pues al 88’ Lucas Barrios consiguió entrar al área y sacar un balazo que soltó Casillas y cayó a los pies de Roque Santa Cruz, quien parecía tener el empate en bandeja, pero no pudo vencer a Iker y le estrelló la pelota en la pierna derecha, sentenciando la victoria española en un partido rebelde e inolvidable.
ARBITRAJE
Regular del guatemalteco Carlos Batres, que a pesar de empezar muy concentrado y con varios aciertos, también tuvo errores en medio de la vorágine en la que cayó el juego en el segundo tiempo. Anuló al 40’ una jugada en la que Nelson Valdez mandaba la pelota a las redes, y aunque Cardozo que era el que estaba adelantado no alcanzó a tocar el esférico antes de la conclusión, sí hizo por la pelota.
Pero cuando repitió el penal que anotó Xabi Alonso pareció realmente exagerado y luego, cuando se lo detuvieron en el segundo cobro, se comió lo que era una trabada de Villar sobre Cesc al intentar tapar el contarremate y ameritaba un nuevo penal que ya no quiso marcar. Eso sí, los dos penales los cobró bien y no anduvo tan mal con las tarjetas.
Ahhh.... y se va a enojar FIFA. De nuevo una repetición polémica en las pantallas. La trabada de Villa sobre Cesc la vio todo el Ellis Park.
-- Ficha técnica:
0 - Paraguay: Justo Villar; Verón, Alcaraz, Da Silva, Morel; Barreto (Vera, m.64), Riveros, Víctor Cáceres (Barrios, m.84), Santana; Valdez (Santa Cruz, m.72) y Cardozo.
1 - España: Iker Casillas; Sergio Ramos, Piqué, Puyol (Marchena, m.84), Capdevila, Busquets, Xabi Alonso (Pedro, m.75), Iniesta, Xavi, Villa y Fernando Torres (Cesc, m.56).
Gol: 0-1, M.83: Villa.
Árbitro: Carlos Batres (GUA). Amonestó a Piqué (m.58), Cáceres (m.59), Alcaraz (m.59), Busquets (m.63), Morel (m.71) y Santana (m.87)
Incidencias: Partido de cuartos de final del Mundial de Sudáfrica 2010 disputado en el estadio Ellis Park de Johannesburgo ante unos 55.000 espectadores. Antes de iniciarse el partido Justo Villar e Iker Casillas, capitanes de Paraguay y España, leyeron un manifiesto contra el racismo y la discriminación.
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